En un prestigiado barrio se encontraba uno de los lugares más interesantes de la ciudad, era el negocio de un coleccionista pues cuyo trabajo consistía en adquirir monedas de las más variadas ya sea de cualquier país, especialmente monedas antiguas, pero como todo administrador escoge sólo las mejores en todo los aspectos, únicas y valoradas a alto costo.
Al negocio han ido toda clase de personas trayendo las más raras monedas, muchas muy antiguas, otras de lejanas tierras pero todas para él tenían un valor especial. Si bien es cierto siempre había en él un vacío cada vez que alguien venía con una moneda, pues ese vacío era que quería algo que realmente llame su atención, algo que despierte su ser.
El hallazgo de una moneda muy especial
No muy lejos de allí un niño había estado jugando en el patio de su casa formando castillos y torres con la tierra de su alrededor, mientras cavaba para sacar más tierra el niño hizo un hallazgo increíble, encontró un pequeño cofre y dentro de él una moneda envuelta con una cinta azul con inscripciones en un extraño lenguaje, la limpió y deseó ardorosamente saber su significado.
Sobre la mente de aquel niño se cruzó la idea de ir donde el coleccionista para que él le ayudar a interpretar las letras y el significado de aquella moneda en cuya inscripción se hallaba un niño con un cofre. Corrió en dirección de aquel local, pues el coleccionista era una buena persona y era su amigo. Al llegar al lugar le mostró el cofre, el coleccionista asombrado se sentó en su mesa de trabajo y la revisó con mucho cuidado, limpiando las capas de tierra que aún tenía.
Aquel niño le contó todo y cómo lo había encontrado, ambos estaban inmersos en el más profundo asombro y atónitos no podían explicarse qué hacía aquello en un lugar así, el coleccionista interpretó el escrito pues estaba en latín y tenía un mensaje de un noble caballero que describía con letras blanca de su éxito en la guerra. Y en la moneda otra inscripción que decía: Amor Fe y Victoria.
El coleccionista le dijo que era un regalo de alguien para una persona a quien amaba pero como aquellas tierras habían sido construidas por poderosos guerreros de la antigüedad y era probable que uno de ellos hubiera tenido a alguien especial allí y en otras guerras habrían quedado arrasadas por el enemigo, pero este cofre había quedado escondido en la tierra para que su recuerdo sea revivido y honrado. Las inscripciones señalan claramente los valores más importantes que todo ser humano debe poseer.
Tu eres un coleccionista de tus talentos.
No puede haber victoria si no hay amor y ni mucho menos fe para conseguir lo que deseamos aunque la batalla sea en nuestro propio campo de acción, no somos de los que huyen, fuimos forjados con sangres de nobles guerreros que no tuvieron temor y su recuerdo perdura por la eternidad. Pero estos valores sólo los podrá reconocer un verdadero coleccionista que sepa dar el valor ideal a cada talento que le llega.
Nosotros podremos ser coleccionistas de verdades, de talentos, de cualidades que siempre anhelamos por conseguir lo mejor cada día y cuando llegan estos somos capaces de venderlo todo por adquirir los tesoros que la humanidad posee, aquellos talentos que permitirán afrontar con energía las batallas de la vida.
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El coleccionista de monedas